Debo admitir que los documentales, durante un tiempo, no fueron mi fuerte ni mi género favorito de ver; pero esto cambió cuando empecé a escribir sobre ellos. Mi ejercicio de escritura siempre ha consistido en presentarle al lector la intención del autor, así que las preguntas que hago, luego de ver el audiovisual, me permiten entrar de cierto modo al corazón y alma del cineasta.
Documentalistas como Marta Rodríguez, Luis Ospina o Priscila Padilla se enfocan en las comunidades que generalmente no tienen voz; pero hay una nueva generación de realizadores que han encontrado en este género audiovisual una manera de narrar su vida con el objetivo de encontrar respuestas que sirven para vivir mejor el presente.
A veces me pregunto ¿a quién le interesa la vida privada de alguien a tal punto de ver un documental?, pero luego recuerdo que los seres humanos no somos tan diferentes y que todos estamos buscando respuestas.
Las películas documentales, por ejemplo, me han hecho entender que ese concepto de ‘familia disfuncional’ es más frecuente de lo que pensaba en los años 90. Realmente, todas las familias son diferentes y eso hay que tenerlo claro.
Otros documentales me han enseñado sobre la maternidad, con muchos me he identificado al no compartir las ‘obligaciones’ de madre; y otros me han servido para abrir mi perspectiva frente a mis padres y me ponen en los pies de Laura, mi hija, cuando tenía su edad.
Por eso, el blog de @LiarteconArte lo dedico a algunos documentales cuyas historias íntimas han influido sobre la mía, para entender porqué a veces como familia no hablamos, nos alejamos o no respetamos los sentimientos del otro; y cómo a pesar de todo, seguimos siendo familia y amor. Estos documentales me han ayudado a sanar, si los ven por ahí, no duden en darles una oportunidad.
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“Amazona”: la directora Clare Weiskopf presenta una conversación con su madre, Val, quien se fue a vivir a la selva sin su familia. Este me encanta, es perfecto para hablar sin culpas de la maternidad y el derecho a seguir siendo mujer, aun teniendo hijos. Se lo recomendé hace años a mi hija, pero no lo ha visto todavía.
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“Después de Norma”: Jorge Andrés Botero documenta la vida familiar desde pequeño, pero cuando su madre enfermó decidió rendirle un homenaje a ella y a la familia que se tuvo que repensar y reestructurar.
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“Clara” de Aseneth Suárez. Luego de vivir muchos años fuera de Colombia, la realizadora vuelve a la casa de su madre para hablar de las tristezas y la ausencia que marcaron su infancia. Luego del diálogo, todos los recuerdos se transformaron en amor.
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“La casa de Mama Icha” de Óscar Molina: narra la importancia que tiene Mama Icha de volver a Colombia y vivir sus últimos días en su casa, la de siempre. La casa es mucho más que un terreno o un espacio físico, el su baúl de los sentimientos y recuerdos.
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“Entre fuego y agua”. Viviana Gómez y Anton Wenzel siguen a Camilo, un joven de la comunidad indígena Quillasinga que busca sus orígenes afrodescendientes. Esta película documental se estrena en cines el 32 de marzo y si pueden verla, no creo que se arrepientan porque así uno no comparta la situación de Camilo, se enamora del amor que su familia siente por él.